Estas tecnologías permiten verificar la identidad de alguien a partir del análisis digital de las huellas dactilares o el iris de los ojos, la geometría de la mano, del rostro, o los patrones de voz, características únicas para cada ser humano. La biometría es una de esas disciplinas de origen lejano que están tomando un nuevo aire en la era digital.
Muchas veces es un un papel crucial, a juzgar por la cantidad de veces al día que nos vemos obligados a demostrar nuestra identidad de una manera u otra.
Utilizamos una tarjeta digital para entrar en la oficina, necesitamos una palabra clave para ingresar en una red o nuestro número secreto para retirar dinero del cajero automático. Llega el momento en que en nuestro llavero digital ya no cabe una llave más.
La biometría puede ayudarnos ya que se ocupa de los métodos automáticos para identificar a una persona de acuerdo con determinadas características físicas o de comportamiento.
Estas tecnologías permiten verificar la identidad de alguien a partir del análisis digital de las huellas dactilares o el iris de los ojos, la geometría de la mano, del rostro, o los patrones de voz, características únicas para cada ser humano.
Los sistemas de acceso biométricos han resultado extremadamente exactos en su función de permitir la entrada de los que deben entrar y detener a los impostores. Un estudio del Departamento de Energía de Estados Unidos en el Laboratorio Nacional Sandia arrojó una tasa de error de uno en 100.000.
De hecho, estos sistemas son considerados un método seguro ya que dependen de algo que uno no puede olvidar como una palabra clave o que no nos pueden robar como un código secreto: es algo que siempre vamos a llevar encima.
Sin embargo, hay quienes sostienen que estos métodos pueden ser demasiado invasivos y violar la privacidad de las personas.
Por ello se recomienda que las empresas o entidades que quieren instalarlos, antes de decidir qué tipo de sistema prefieren tomen en cuenta ciertas consideraciones culturales.
Por ejemplo, mientras en casi todo el mundo nadie tiene problemas con que le tomen una fotografía, en algunos países puede haber cierta oposición a tener que tocar un objeto que ha sido tocado por muchas personas.
También hay métodos en desarrollo que a primera vista pueden resultar extraños, como la identificación a través de los olores corporales. Por suerte, la premisa es que siempre sea una máquina la que haga la verificación.
Estados Unidos - 8/11/2003 Fuente: CNN en Español
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